sábado, 22 de octubre de 2011

Nada de historia perfecta es un guión con muchos fallosla vida de cualquiera que se ha ido colocando.


Cuando me vaya, cuando te quedes… Y divises este cielo que tantas veces contemple temiendo cruzarlo de regreso a casa [...] Los jueves, como aquel día en que te conocí, se iran repitiendo y así pasaran las semanas, y con ellas los meses. 


Aquel banco donde te conté mis miedos por primera vez, se mojara con las lluvias torrenciales propias del agosto londinense y meses mas tarde se cubrira de nieve, se sentaran otras personas, se contaran otras historias, quizás dos personas se vuelvan a besar en el, pero no sucedera de la misma manera, ni las dudas seran las mismas. Dudo de si el aire, la luz, la ‘magia’ o tenernura que tenia aquel lugar cuando tú y yo lo habitabamos sea similar almenos en un 3 %. 




Las escaleras por las que me perseguiste en busca de un primer beso seran pisadas por otros nuevos o conocidos, eso es lo demenos, no seremos nosotros. Los peldaños de ella se llenaran de polvo, pero no olvides las veces que nos sentamos, todo lo que dijimos, lo que callamos, los abrazos y las miradas complices.


Los pasillos, los baños y las cocinas guardaran secretos que no sabra nadie más si no lo deseamos. Las camas de nuestras habitaciones tamién sabran que nos deseabamos, que apenas nos conociamos y nos haciamos el amor con apenas una caricia. Alguien destruira las botellas de cerveza que bebimos entre risas y jamás nos sabra exactamente igual aquello que comimos juntos porque era mejor el momento que el manjar. 


Cuando todo parezca lejano, cuando nada tenga sentido, cuando las palabras cesen, cuando neguemos que paso, cuando nos echemos demenos, cuando nos odiemos, cuando nos encontremos sabremos que fue real porque en aquella mesa de billar con mi risa inocente y tu mirada traviesa junto con la seguridad que me dabas, el césped lleno de ardillas de aquel jardín (que quizás fue mas nuestro de lo que jamás sera de nadie), las caricias y los besos en el metro y tren […] Las calles de Lewisham que sabran que alguna noche las recorrimos a pie, aquel parque, los animales nocturnos y las rosas blancas que robaste para satisfacer mi deseo… TODO, absolutamente TODO guarda algun resquicio de la felicidad , que dejamos, del olor de aquel perfume que me regalaste, del miedo que tuve a decir o hacer y de los momentos que nos regalamos. 




Y el aire jamás sera el mismo, quizás no volvamos a pisar los mismo lugares tal y como lo hicimos por aquel entonces, puede que las canciones que me recuerden a ti mañana no sean más que melodia molesta, que conozcamos a otras personas… 

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